Dentro de la región latinoamericana y a nivel mundial, México destaca como uno de los países con más ciberataques.
De acuerdo con un informe realizado por la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), al menos el 43% de las entidades financieras mexicanas sufrieron ciberataques, de los cuales, la cifra de usuarios víctimas del cibercrimen es de 14.3 millones, lo que representa el 31% del total de clientes. Por otro lado, es importante recalcar que la mayoría de las más grandes instituciones financieras, no cuentan con un canal en donde el cliente pueda reportar dichos ciberataques, dejando al usuario desprovisto de algún amparo antes estos sucesos.
¿Qué medidas se han tomado para reducir estos ataques?
Dentro de las infraestructuras en donde los usuarios han sufrido estos ataques, destacan los cajeros automáticos. Sin embargo, las entidades bancarias únicamente centran su atención en la implementación de corta fuegos (firewall) y la actualización constante de protección antivirus y en cuanto a lo que respecta a la protección de datos o prevención y desarrollo de nuevas capacidades de seguridad, no cuenta con una inversión propuesta, pues las inversiones son altas, lo que nos hace concluir que realmente, los ciberataques que afectan a sus usuarios, no les interesa lo suficiente.
¿A qué riesgos están expuestos los clientes sin la seguridad necesaria?
Como se menciona anteriormente, los ataques más frecuentes son en los cajeros automáticos, pero uno de los riesgos que se incrementa a pasos agigantados son los robos de información sensible o clasificada, ya que las bases de datos no cuentan con una protección que nos asegure que dicha información estará contenida con total seguridad.