El mundo laboral está evolucionando constantemente en búsqueda de nuevos modelos que contribuyan al incremento de la eficiencia productiva, como la cuarta revolución industrial, de la que ya hemos hablado en otras ediciones, la cual está cambiando los roles laborares, creando una demanda de nuevas habilidades necesarias para las compañías, habilidades que ya no son principalmente profesionales, sino que se buscan ser Soft skills.
Uno de los principales puntos que ocupan las agendas de todos los países es la generación de empleo, así como la implementación de políticas destinadas a garantizar una mayor protección de los empleados.
En la actualidad no solo se demandan personas, la tecnología ha desarrollado Inteligencia Artificial (IA) que pueda realizar el empleo con mayor celeridad y calidad que muchos de ellos y con un costo menor, ocasionando que se prescindan de los empleados. Uno de estos casos es Inglaterra, la cual ha prescindido de millones de empleos, y planea prescindir de unos cuantos más para el 2033.
Este tipo de acciones se ven reflejadas en tiendas de autoservicio donde los cobros los realizan los mismo consumidores en los “self check out”, los cuales sustituyen a los cajeros que regularmente escanean la mercancía y efectúan el cobro.
Esto no significa que todos los empleos desaparecerán y que seremos sustituidos por IA, sino que, por el contrario, estas herramientas también generan empleos en sectores como la salud, ciencia y educación al requerir asistencia e intervención humana para su operación y aprendizaje continuo de estos instrumentos.
Lo que, si es cierto, es que estas innovaciones en el ramo tecnológico están provocando tres cosas: 1) creación y eliminación de empleos; 2) mayor productividad y; 3) estrés laboral desde una perspectiva social del empleado.
Dada la probable profundidad de la interrupción tecnológica en los trabajos, existe una necesidad apremiante de encontrar formas más efectivas para facilitar la adquisición de habilidades y abordar la pérdida de empleos. Situación que, aunque no sea visible está generando estrés por dos factores:
- Idea de la próxima pérdida de trabajo del empleado.
- Exigencia de mayor productividad por la presión del mercado al incrementar la competencia que se ve impulsada por innovaciones tecnológicas.
Durante las revoluciones industriales anteriores, a menudo ha llevado décadas construir los sistemas de capacitación y las instituciones del mercado laboral necesarias para desarrollar los nuevos conjuntos de habilidades a gran escala, sin embargo, todavía no se genera la tecnología que disminuya el estrés laboral de los empleados originado por las dos causas mencionadas.
Lo que si se están desarrollando son medidas y políticas que obliguen a los empleadores a integrar dinámicas y nuevas plataformas digitales que puedan potencializar el talento de los trabajadores, buscando destacar la necesidad de gestionar eficazmente la transformación del trabajo, ya que las nuevas tecnologías reconfiguran el trabajo y reemplazan a los trabajadores por completo.
Al mismo tiempo, es esencial aprovechar las oportunidades que continúan existiendo en la obtención de empleos cada vez más demandados, en campos altamente calificados e intensivos con tecnología accesible, y basados únicamente en el mérito, independientemente de la edad, el género aunado a la baja de estrés laboral.
De lo que se está explicando puede que haya compañías que demuestran acciones preventivas en torno al estrés laboral, con el fin de no requerir en el futuro acciones correctivas, como lo es el caso de Google, WeWorks y empresas que crean un ambiente de juegos, diversión, comodidad y hogar, implementando, sillones, hamacas, videojuegos, billar, cervezas, así como espacios recreativos que les permitirán a los empleados sentirse mayormente cómodos y despejados de todas las actividades laborales.
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