En general, los e-commerce han revolucionado mucho la industria respecto de su contraparte, del comercio y la compra de manera física y presencial. En la actualidad, el panorama se ve como un mercado relativamente maduro, con participantes establecidos en un conjunto de normativas y reglas que permiten la transaccionalidad. Sin embargo, la mención “relativa” se debe a que esta impresión se puede tornar engañosa, debido a que aún continuamos en una transformación digital que no ha concluido.
Los e-commerce son impulsados por un flujo de innovación que se origina principalmente por dos cosas, la primera, viene con la creación de nuevas empresas y la segunda, con un incremento en el flujo de recursos de las economías asiáticas en un crecimiento acelerado.
Aunque la economía China presentó una desaceleración, se inició un cambio en el poder adquisitivo, cambiando de Europa y Estados Unidos, para dirigirse ahora a China y parte de Asia. Esto se debe al incremento de los consumidores que pueden acceder al comercio electrónico con un mayor poder adquisitivo, aunando el rápido crecimiento de la infraestructura tecnológica en aquellas regiones, que como antes comentamos, son pioneros en conexiones 5G.
Respecto a lo anterior, valdría la pena realizar una comparación entre los tres principales mercados de comercio electrónico, para verificar el avance que se ha obtenido en estas economías (Estados Unidos, China y Europa). En el año 2018 China fue el mercado con mayor valor en el comercio electrónico y se augura que su peldaño se mantendrá hasta el 2023.
El mercado chino tiene un valor de US$633 mil millones en 2018, siendo la moda el segmento más grande, así mismo, se espera que los ingresos crezcan a un 11.6% para 2023, lo que resultará en ingresos de US$1,094 mil millones, en otras palabras, se espera que el mercado chino muestre las mayores tasas de crecimiento de las tres regiones principales según el Banco Interamericano de Desarrollo BID, 2019.
En cuanto al mercado estadounidense, se generaron ingresos de US$315 mil millones en 2018, y a juzgar por la alta tasa de crecimiento anual del 12.4%, se espera que el mercado supere los ingresos de US$565 mil millones para 2023.
El tercer mercado de comercio electrónico más grande en 2018 fue Europa, con ingresos de US$315 mil millones, ofreciendo un crecimiento anual del 8.8%, el cual se estima, generará ingresos de US$479 mil millones para 2023.
Las cifras que se han referido en los párrafos anteriores, nos evidencian el avance económico de las principales economías del mundo, sin embargo, no es lo único que avanza, ya que al mismo tiempo se incrementan los riesgos tecnológicos, tanto para las empresas, como para los usuarios.
Lo que nos lleva plantearnos como usuarios la siguiente pregunta: ¿Qué les interesa más? nuestro dinero o nuestros datos…
Relativamente pocas son las plataformas que cumplen con los estándares de la industria, así como con las buenas prácticas, en cuanto al almacenamiento de información confidencial y la ciberseguridad de sus sitios e infraestructura, dejando en duda si los sistemas que actualmente se están ejecutando, son seguros de utilizar.
En cuanto al robustecimiento de la seguridad, algunos bancos han comenzado a adoptar una combinación de factores reflejados en un PIN derivado de un Token, sin embargo, pocos son los sitios que actualmente han adoptado este tipo de ciberseguridad. Debemos de pensar que este es una sola opción para implementar factores de seguridad, pero las empresas que no cuentan con estos factores básicos de seguridad como pueden proteger nuestros datos.
La disputa sobre estos problemas básicos de seguridad plantea otra pregunta importante: ¿Cómo pueden las empresas de comercio electrónico proporcionar usabilidad y seguridad?
Por el lado de la industria de las tarjetas de crédito, se ha impuesto sus propias regulaciones sobre el almacenamiento de los datos de la tarjeta de crédito, siendo uno de ellos, el estándar PCI-DSS, el cual rige la seguridad con la que las empresas almacenan la información de la tarjeta de crédito.
Un dato curioso, es que la mayoría de las regulaciones de ciberseguridad, han sido impuestas por el sector privado, en lugar del gobierno.
Los sitios web de hoy enfrentan problemas más allá que solo el manejo de datos de tarjetas de crédito, ya que, otra forma en que los delincuentes infectan las computadoras de las víctimas con software malicioso, es mediante el uso de sitios web sospechosos o con contenido pornográfico y/o software ilegal, en donde infiltran scripts maliciosos a los usuarios.
Una vez infectados los equipos, se convierten en parte de una botnet que es controlada remotamente por delincuentes en línea, especialistas en robo, fraude y uso de datos personales con técnicas refinadas, usurpando sitios web legítimos. Todo esto dificulta que los clientes de comercio electrónico sepan en quién confían, y mucho menos cuán seguros están.
En temas de seguridad generalizada, los sitios de comercio electrónico tienen las siguientes características de seguridad:
• Pregunta secreta para restablecer la contraseña
• Cierre de sesión en un tiempo determinado
• Autenticaciones con una periodicidad constante
• Solicitud de la requisición de un perfil completo del usuario
• Datos biométricos
• Contraseña con caracteres alfanuméricos
Con la finalidad de poder sortear todos estos obstáculos y factores mencionados, se requieren políticas que puedan apoyar el aprovechamiento del comercio electrónico para su inclusividad y desarrollo sostenible. Uno de los principales elementos que ayudan a este aprovechamiento es la creación de mejor infraestructura para las tecnologías de la información, comunicación y logística, facilitando el comercio, así como un entorno normativo y jurídico para los pagos electrónicos dentro de las plataformas, mejorando sus capacidades técnicas.
Existen diferentes regulaciones y normativas que se han vuelto fundamentales para sustentar y homogeneizar el accionar de las diferentes empresas e instituciones involucradas en la rama del comercio electrónico, sin embargo, consideramos que es necesaria la difusión y la concientización de estas mismas hacía con los usuarios, siendo por esta razón, que nos hemos dado a la tarea de compartir información para aumentar el conocimiento general de los riesgos y beneficios que tenemos con esta era digital.