A medida que las innovaciones como la inteligencia artificial y la hiperconectividad se vuelven más populares cada día, los usuarios van incorporando cada vez más componentes de la nube a los dispositivos móviles, desde juegos caseros, campañas de marketing, hasta basar toda la atención de una organización a través de aplicaciones y medios digitales. En otras palabras, la nube apunta a estar en todas partes.
Un reciente estudio internacional de la firma de análisis Vanson Bourne y Nutanix, constata esta realidad, pues según este informe, el 73% de las empresas afirma que está sacando algunas aplicaciones de la nube pública para devolverlas a sus instalaciones, de las cuales un 22% está controlando cinco o más aplicaciones. Con ello no es raro que el 85% considere la nube híbrida como el modelo TI ideal para su negocio al poder moverse con más flexibilidad entre la nube y los centros de datos durante su uso.
En esta tendencia, la seguridad sigue siendo el principal factor que dirige las decisiones de las compañías. No en vano, el 60% de los participantes del estudio afirmó que el estado de la seguridad entre las nubes influirá más en sus futuros planes de despliegues cloud. Del mismo modo, el 26% de los encuestados consideró la seguridad de los datos y el cumplimiento normativo como los aspectos principales a la hora de determinar dónde ejecutar sus plataformas.
Confiar en la Nube aporta grandes beneficios a las empresas por los niveles de seguridad a los que podemos acceder en colaboración con el partner adecuado, pudiendo contar con Data Centers cuyas infraestructuras se encuentran bajo estrictos estándares de seguridad y disponibilidad, en donde el equipamiento está siendo monitoreado constantemente, así como el acceso y salida de usuarios.
La Nube nos permite disponer de ciertos recursos prácticamente en el momento en el que se necesiten, así como el poder aumentar las capacidades de esta misma en cuestión de minutos u horas. La redundancia de software y hardware, nos garantiza una disponibilidad mayor de los sistemas que tengamos montados ahí, protegiendo la operación y nuestros datos. En caso de falla, los sistemas de recuperación automática evitarán grandes tiempos fuera, con la gran ventaja de que no necesitaremos dedicar más recursos a los que ya se están invirtiendo con el proveedor para llevar a cabo dicha recuperación.
Por otro lado, tomando en cuenta la parte física y local, el disponer de servidores físicos, requiere de considerar el uso de recursos propios para poder realizar alguna mejora o aumento de capacidades, ya que se vuelve en muchos de los casos, más complicado, teniendo que aprovisionar con nuevos equipos y teniendo que bajar servicios en lo que se realizan dichos cambios, sin tomar los correspondientes costos tanto económicos y de implementación que implican.
Para ayudarlo a comprender cómo funciona la computación en la nube, es importante comprender su infraestructura. Esta, está presente en tres tipos de modelos.
Nube privada
Es donde los servicios de infraestructura son utilizados únicamente por una empresa u organización, pudiendo estar alojados en su propio centro de datos o alojado por un servicio de terceros, en ese modelo, las organizaciones pueden personalizar su entorno para satisfacer sus necesidades específicas.
Nube pública
En este modelo, el servicio es provisto de tal forma en la que distintos usuarios comparten el mismo hardware, almacenamiento, red y otros servicios de infraestructura. Regularmente son servicios a los que se puede acceder a través de un navegador web, utilizando una cuenta de creación pública.
Nube híbrida
Este modelo combina los dos anteriores, utilizando tanto infraestructura de nube privada como pública, para que las organizaciones aprovechen ambas para darle servicio tanto a su operación como a sus mismos clientes. Puede usar la infraestructura de nube privada para una mayor seguridad mientras usa la infraestructura de nube pública para la escalabilidad global. La transición de un modelo a otro es perfecta con la utilización de una nube híbrida.
En definitiva, la migración a la nube, facilita la implementación de modelos de trabajo en las empresas al proporcionar una plataforma de trabajo que mantiene su rendimiento sin importar en dónde se tenga acceso a ella. Es decir, constituye una solución viable, que abre muchas posibilidades de forma segura y accesible.