Hablar de los riesgos que se presentan al utilizar las plataformas de E-Commerce, no solo se reducen a que el producto que llegue sea algo que no nos guste, o que simplemente no lleguen, sino que van más allá, y es que el revisar la privacidad de los datos que se manejan en las plataformas, ya es uno de los principales problemas que enfrentan las empresas dentro de este ecosistema, representando un problema legal y complejo.
Regularmente los datos son proporcionados de forma voluntaria y activa por nosotros mismos como usuarios, estos datos van desde el nombre, correo electrónico, teléfono, dirección y muy comúnmente información de nuestras tarjetas de crédito o débito. Esta información es recopilada a través de formularios digitales de las tiendas al momento de registrarnos y concretar una compra.
Las plataformas de e-commerce recopilan la información de dos formas: 1) Activa, que es cuando los usuarios proporcionan la información de manera voluntaria, y la 2) Pasiva, que es cuando los sitios registran las rutinas de compra y consulta de productos que realizamos en sus plataformas.
El tipo de datos que recopilan los sitios pueden combinar información personal con información geográfica, con el fin de diseñar un perfil con las preferencias del usuario y motivar (recomendar) la compra de diversos productos o servicios personalizados, inclusive diferentes precios de acuerdo a la cantidad monetaria que han destinado en la compra de sus productos o servicios anteriormente.
Todo esto les permite a las empresas detectar nuestros hábitos de consumo y de navegación, creando campañas de marketing mejor dirigidas a sus compradores recurrentes o posibles clientes, vendiendo más y fidelizando consumidores.
Por otro lado, la normatividad debe obligar a los sitios a informar a los usuarios, o mejor dicho, hacerlos conscientes de la medida y cantidad de la información recopilada, sobre todo orientando al usuario acerca de que la información que le están solicitando, también se recopilará para fines de terceros, como anunciantes o publicidad.
La recopilación de datos que se registra de forma automática, puede ir desde los hábitos de navegación, tiempo de visita, duración, páginas que visitan, la publicidad que observamos, motores de búsqueda, sitios de nuestro interés, así como el poder obtener nuestra dirección IP, pudiendo establecer el área geográfica o nuestro domicilio.
Esto regularmente viene descrito en la política de privacidad de los sitios web que consultamos, y que muy pocas personas revisamos ya que solo lo aceptamos sin leerlo, o sin comprender hasta donde estamos dándoles poder sobre nuestros datos.
Por tal motivo, es muy importante que cada usuario pueda reconocer y ubicar que sitios de comercio electrónico visita, para así poder comprender las prácticas de recopilación de información de cada uno de estos.
Puede que haya sitios que no pretendas revisar sus políticas de privacidad, o que incluso dichas páginas no cuenten con una, sin embargo, esto se vuelve muy diferente cuando realizamos una compra a través de internet, ya que nuestra información es recopilada de forma pasiva.
Aunque también está el otro lado de la moneda, en donde se argumenta que esta práctica de recolección de datos ayuda a proporcionar un servicio mejor, orientando los anuncios a los intereses de compra del consumidor. También dentro del argumento pretenden convencer que estos anuncios y la publicidad que paga cada uno de las compañías contribuyen a la “gratuidad” del contenido que podemos ver en internet.
En general, los usuarios debemos estar informados de los mecanismos de recopilación pasiva y activa que ejecutan los sitios web, y en especial los de comercio electrónico, tratando de eliminar en la medida de lo posible la acumulación de cookies en nuestros dispositivos, así mismo, te pedimos que leas detenidamente lo que aceptas, te concientices, moderes y cuides la información que proporcionas en general.