Jueves, 19 de septiembre de 1985.
7 de la mañana, todos se alistaban para salir a laborar, algunos ya estaban en camino y los escolares se preparaban para un día más en la escuela.
7:19 am…. La tragedia comenzó. La tierra se sacudía con un sismo de magnitud de 8.1 y el pánico en las calles era casi tangible, la Ciudad de México estaba siendo totalmente destruida.
Edificios derrumbados y familias destrozadas, México estaba de luto y, sin embargo, nos unimos para que nuestro país volviera a ser la brillante nación que reluce por su gente. En ese momento no había ricos ni pobres, no existían enemistades porque nos unimos como la gran familia que representa al verdadero México, aquel que se une ante cualquier adversidad para salir adelante.
Hubo muchísimas pérdidas, e incontables fueron las personas que quedaron afectadas tras dicho suceso, miles de familias quedaron sin hogar, y cientos de edificios fueron destrozados, hospitales, escuelas, oficinas, fueron parte de lo que pereció.
Después de esta gran tragedia, se impulsaron nuevas estrategias de prevención ante desastres, lo cual originó un gran cambio social en el país.
Año con año, se conmemora esta icónica fecha, realizando simulacros a lo largo del país, pero las estrategias de prevención no se han quedado únicamente para esta contingencia, ya que en algunas dependencias del gobierno y de la iniciativa privada, se realizan otro tipo de simulacros que buscan prevenir y ofrecer una guía de acción para salvaguardar la vida de las personas.
Quién imaginaría que 32 años más tarde, un temblor sacudiría nuevamente nuestros corazones….
Martes, 19 de septiembre de 2017
11:00 de la mañana. México realizaba su simulacro número 32 por motivos del sismo del 85. Protección civil realizaba sus estrategias que se practicaban año con año y ayudaban a desalojar las instalaciones para que las personas estuvieran preparadas ante cualquier contingencia.
Quien diría que, aproximadamente 2 horas más tarde, las pondríamos en práctica. México nuevamente sufría un sismo, pero de ahora una magnitud de 7.1.
Los jóvenes que sólo relacionaban al sismo del 85 por las historias que relataban sus mayores, presenciaban una nueva versión de ese suceso, y es que el terror se denotaba en sus rostros, puesto que ahora serían ellos quienes tendrían que contarlo por vivencia propia.
Gracias a las nuevas tecnologías, el país y el mundo se mantenían informados viendo a través de redes sociales, los destrozos que este nuevo sismo causó.
Grupos de apoyo, en su mayoría universitarios, se movilizaron rápidamente para ofrecer su ayuda, los medios de comunicación y el uso de los dispositivos móviles de los que tanto se quejaban las generaciones mayores, fueron de gran ayuda, ya que, con las nuevas tecnologías, las redes no se vieron tan interrumpidas, proporcionando un servicio óptimo.
Tanto Facebook, como WhatsApp fueron de las aplicaciones fundamentales para comunicarse entre amigos y familiares, dando así un flujo de comunicación que permitía saber cómo se encontraban las personas, así como para saber en dónde se necesitaba el apoyo.
Nuestra historia se escribe día con día. Y ahora a 34 años del sismo del 85 y a 2 años del sismo del 2017, México puede decir orgullosamente que somos un pueblo que se apoya cuando tenemos problemas y que nos unimos cuando alguien necesita auxilio, dejando de lado cualquier cosa. Debemos de prepararnos, la seguridad y la prevención es para tomarse muy enserio, esto en gran medida definirá el que podamos tener una oportunidad de poder seguir el día de mañana o no.
PLANEA PARA LO MEJOR Y PREPARATE PARA LO PEOR